miércoles, 4 de enero de 2012

{todo pasa, más Dios nunca pasará}

...se seca la hierba...
Es fácil hablar; difícil domar la lengua. Tan sencillo que es soñar, pero se complica el cumplir. Se trata de tu vida, se trata de mi vida. Se trata de todo lo que he prometido y estado tan lejos de cumplir, de lo que nos ha dolido cuando la persona que queríamos cambió de parecer.

Promesas rotas, palabras que ¨el viento se llevó¨. De pronto nada es igual. El tiempo pasó y nuestra vida terminó. Y es que somos tan frágiles... como una hoja, como una flor. Pero, ¿sabes? la vida es así, nuestra vida es así. Cambiamos de pensamiento mil veces al día, un momento es blanco y otro es negro, un día digo algo y en el otro me retracto. Y de pronto la vida se nos va de las manos.

La Biblia nos compara con hierba y con flores. Ellas tienen ciertas cualidades que las hacen parecidas a nosotros: son frágiles y tienen una corta vida. Cuando me han regalado o he comprado flores, trato de cuidarlas para que duren el mayor tiempo posible vivas, abiertas y bonitas. A veces hasta les he puesto un pedacito de aspirina porque dicen que eso hace que duren más. Pero llega el día en que me encuentro con pétalos en el piso y con las flores dobladas, a punto de morir.

‎"La hierba se seca y las flores se marchitan bajo el aliento del Señor. Y así sucede también con los seres humanos. La hierba se seca y las flores se marchitan, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre".
[Isaías 40:7, 8]

Este es el punto. Dios no es como nosotros. Dios no cambia de parecer como nosotros. Dios sí cumple lo que promete. Dios habla con sabiduría porque El es sabiduría. Nuestras palabras pasarán, pero la Palabra de Dios nunca pasará. Todo pasa, pero El nunca pasará. Te invitamos a que leas, estudies, escuches y creas la Palabra de Dios. Porque Su Palabra es verdadera y es eterna.

Por Layla

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